• Inicio
    • Historia
    • Curia Provincial
      • Noviciado
      • Estudiantado
    • Vicariatos y Misiones
      • Misión en Taiwán
      • Misión en Corea del Sur
      • Misión en Singapur
      • Misión en Timor Leste
      • Misión en Myanmar
      • Vicariato de Filipinas
      • Vicariato de Japón
      • Vicariato de Venezuela
      • Vicariato de España
  • Oficiales de Provincia
  • Vocación
    • Vida Religiosa
    • Formación
  • SANTOS DOMINICOS
    • Santo Domingo de Guzmán
  • Español (España)
  • English (UK)
  • Español (España)
  • English (UK)
Previous Next

CUARESMA: ORACIÓN, AYUNO Y LIMOSNA

Holy Rosary Province 03 Marzo 2025
  • Share On Facebook
  • Share On Twitter
  • Imprimir
  • Correo electrónico
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 

CUARESMA: ORACIÓN, AYUNO Y LIMOSNA

 En el Sermón de la Montaña, Jesús invita a sus seguidores a practicar las tres prácticas habituales de penitencia de los judíos: oración, ayuno y limosna (cf. Mt 6, 2-7, 16-18). Desde entonces y hasta ahora, las tres prácticas penitenciales se han convertido para los cristianos en las prácticas tradicionales y clásicas de la liturgia de la Cuaresma.

LA VIRTUD DE LA PENITENCIA

 El objetivo radical de la Cuaresma es estar más cerca de Cristo, del Señor crucificado, y resucitado; es dejar que Cristo gobierne nuestras vidas, es decir, ser un cristiano auténtico, es estar "constantemente listo para llevar el amor de Jesús a los demás" (Evangelii Gaudium, 127). Para poder llevar el amor de Jesús a los demás, necesitamos tener su amor, y para que esto suceda, debemos estar arrepentidos de nuestros pecados. La Cuaresma es el momento apropiado para lamentar profundamente nuestros pecados, recibir el perdón y el amor de Dios y, a su vez, dar a los demás nuestro perdón y el amor de Jesús.

 &nbspSan Juan XXIII escribe en su diario: Hay dos caminos hacia el paraíso: inocencia y penitencia. Hemos perdido nuestra inocencia, por lo que el camino abierto para nosotros es la penitencia. La Cuaresma es el camino de la penitencia, que nos conduce hacia la celebración del gran misterio de nuestra fe. El Papa Francisco nos dice que la Cuaresma es "un momento favorable para prepararse para celebrar con corazones renovados el gran misterio de la Muerte y Resurrección de Jesús". La virtud de la penitencia renueva nuestros corazones, fortalece nuestros amores.

 &nbspConectada con la virtud cardinal de la justicia, la penitencia es una gran virtud: un éxito en la autorrealización, un buen hábito operativo o una fuerte disposición del alma que urge al que lo posee a realizar actos de penitencia. Se ordena la penitencia a la destrucción del pecado como una ofensa contra Dios, el prójimo y la creación.

 &nbspLa virtud de la penitencia es una actitud permanente de la vida cristiana. La Cuaresma es el tiempo singular de la penitencia. A lo largo de 40 días, los cristianos son convocados por su fe, por la Iglesia, para practicar de manera más profunda el buen hábito de la penitencia, que es principalmente la penitencia interior centrada en el arrepentimiento: una disposición firme del alma a renunciar al pecado y regresar a Dios, una inclinación permanente a cambiar nuestras vidas siguiendo el camino de Cristo, el camino de su vida, muerte y resurrección.

 &nbspLa penitencia básica es una mayor fidelidad a nuestra vocación y misión. “Si eres lo que deberías ser, prenderás fuego al mundo entero” (Santa Catalina de Siena). La Constitución de los Dominicos dice: Imitando a Santo Domingo ..., los hermanos deben practicar la virtud de la penitencia especialmente observando fielmente todo lo que pertenece a nuestra vida. Para la familia dominicana, para todos los Discípulos de Cristo, las principales formas de penitencia son: la realización de ejercicios espirituales, obras de mortificación o abnegación, y obras de beneficio para la comunidad. Esta es realmente otra forma de decir: oración, ayuno y limosna.

TRES FORMAS CLÁSICAS DE PENITENCIA

La penitencia interior, "el hábito del corazón", nos inclina a realizar penitencias externas que, a su vez, profundizan la penitencia en nuestros corazones. La virtud de la penitencia, como conversión continua, nos predispone a practicar en particular las penitencias tradicionales de oración, ayuno y limosna. Estas penitencias fortalecen nuestra relación con Dios a través de la oración, con nosotros mismos a través del ayuno y la abstinencia, y con los demás a través de la limosna y el perdón, o sea, de la misericordia.

 &nbspLos Padres de la Iglesia (desde el siglo primero hasta el octavo), representantes preeminentes de la tradición cristiana, predican insistentemente sobre las tres expresiones clásicas de la penitencia. La oración se nos presenta como dirigida al ayuno y la limosna. San Cipriano (200-250) nos habla de oración fructífera y de oración no fructífera. Las oraciones que no producen frutos son oraciones sin buenas obras: “La oración sin buenas obras no es efectiva. La oración unida al ayuno y la limosna se manifiesta en buenas obras”. El ayuno para ser fructífero debe ir acompañado de limosna. Ayunar sin dar limosnas es inútil en el camino al cielo; es insuficiente como nos dicen  los santos Padres Juan Crisóstomo, Ambrosio y Agustín. San Pedro Crisólogo (406-450) escribe: “La oración, la misericordia y el ayuno constituyen una sola cosa, y se fertilizan recíprocamente. El ayuno es el alma de la oración, la misericordia es el alma del ayuno ... No se pueden separar. Entonces si rezas, ayuna; si ayunas, muestra misericordia; si quieres que se escuchen tus peticiones, escucha las peticiones de los demás ... El que no ayuna por los pobres engaña a Dios. Da a los pobres y te das a ti mismo ".

 &nbspHoy necesitamos otra nueva expresión del ayuno: el ayuno tecnológico para combatir la adición al móvil, al ordenador, etc. Este tipo de ayuno necesario contribuye a tener más silencio interior, "oración en secreto", como Jesús nos recomienda. En silencio, podemos escuchar la voz de Dios, que siempre escucha nuestra voz. El silencio es “la escucha active de Dios” (Madeleine Delbrel).

Somos peregrinos -peregrinos de la esperanza- en camino hacia el encuentro de Álguien, hacia la vida eterna. En el camino de la felicidad, de la santidad y de la alegría de la Pascua, tres cosas son esenciales: la oración, el ayuno y la limosna. Fray Luis de Granada (1504-1588) explica que necesitamos las tres en nuestra vida: la oración porque nos conecta con Dios; ayuno o mortificación porque pone orden en nuestras vidas [el dicho de San Agustín: "El cuerpo bajo el espíritu y el espíritu bajo Dios"]; y dar limosna porque nos conecta con nuestro prójimo; en primer lugar, con los necesitados y los pobres. La penitencia, podemos agregar, también nos conecta con la creación de Dios que debemos cuidar y cultivar, y no explotar ni destruir.

LIMOSNA Y PERDÓN

El Señor dice: “Perdona, y serás perdonado; da, y se te dará (Lc 6, 37-38). La compasión o la misericordia, un efecto de la caridad -con la paz y la alegría- es virtud más importante en relación con los demás. La misericordia comprende no solo la obra corporal de la misericordia sino también la obra espiritual de la misericordia. San Isidoro de Sevilla (c. 560-636) habla de dos tipos de misericordia: corporal, o dar a los necesitados todo lo que buenamente podamos; y espiritual, o perdonar a quien te ofendió. San Isidoro comenta: el primero, que es la obra corporal de la limosna, se practica con los indigentes; y el segundo, que es la obra espiritual de perdonar a los demás, se practica con los pecadores. Por lo tanto, termina, "siempre podrás dar algo: si no dinero, al menos perdón".

¿Cuál es el tipo de penitencia, de ayuno que el Señor quiere que hagamos? El Señor nos sigue respondiendo a través de su profeta Isaías: Dios quiere un ayuno que rompa los grillos de la injusticia, que comparta comida con los hambrientos, que traiga a su casa al necesitado sin refugio, que vista al hombre que ve desnudo y no se aleje de sus propios parientes (cf. Is 58, 6-7). En este contexto, recordamos las parábolas de Jesús sobre el hombre rico y el pobre Lázaro (cf. Lc 16, 19-31) y la del juicio final (cf. Mt 25, 31-46).

¿Qué significan para mí las tres formas tradicionales de penitencia? Es mi responsabilidad cuaresmal practicarlas. Con respecto a la oración, trataré seriamente de orar mejor: más atentamente, más devotamente y, quizás, agregue una nueva oración para recordarme la Cuaresma del 2025, el Año Jubilar de la Esperanza. Con respecto al ayuno, intentaré mortificar mis sentidos y mis pasiones, vivir un estilo de vida simple y renunciar a algo para poder compartir -lo que no gaste- con los pobres y, por supuesto, cumplir con las simples normas sobre el ayuno y la abstinencia.

Que la oración, el ayuno y la limosna profundicen la virtud de la penitencia en nuestros corazones y nos lleven a acercarnos, si es posible, al Sacramento de la Penitencia o la Reconciliación. La virtud de la penitencia implica "La voluntad de recibir el Sacramento del perdón de los pecados" (K. Rahner), incluidos nuestros pecados contra Dios, contra nosotros mismos, el prójimo -s(pero, como decía Quevedo, “polvo enamordo”).obre todo los pobres-, y contra la creación.

A través del don de la Cuaresma, sigamos esforzándonos por orar mejor, ayunar moderadamente, y compartiendo, “misericordiando” a través de la limosna y el perdón. La Cuaresma nos recuerda que somos polvo de la tierra y al polvo volveremos. (Afortunadamente, como decía Quevedo, somos “polvo enamorado”). La Cuaresma nos guía hacia la Pascua de la Resurrección de Cristo, a través de su Pasión y Muerte. A través de la Cuaresma, no olvidamos que Somos Pueblo de la Pascua y  Aleluya es nuestra canción.

Santa María, Madre de Dios y Madre de misericordia, ruega por nosotros. (FGB)

 

Rating

( 0 Rating )

Category

Espiritualidad

Hits

1002 times
03 Marzo 2025
  • Anterior
  • Siguiente
© 2018 Holy Rosary Province. All Rights Reserved.

Menú Principal

  • Inicio
    • Historia
    • Curia Provincial
      • Noviciado
      • Estudiantado
    • Vicariatos y Misiones
      • Misión en Taiwán
      • Misión en Corea del Sur
      • Misión en Singapur
      • Misión en Timor Leste
      • Misión en Myanmar
      • Vicariato de Filipinas
      • Vicariato de Japón
      • Vicariato de Venezuela
      • Vicariato de España
  • Oficiales de Provincia
  • Vocación
    • Vida Religiosa
    • Formación
  • SANTOS DOMINICOS
    • Santo Domingo de Guzmán