HISTORIA DEL VICARIATO DE VENEZUELA
1.- La Tierra y sus Nombres
Venezuela se ubica al norte de América Latina y al sur de América Central. Es la nación más cercana a España y a Estados Unidos. Tiene una extensión de casi un millón de kilómetros cuadrados y tuene una población de 30.620.410 de habitantes. La enriquece una costa de más de cuatro mil kilómetros: en el mar Caribe y en el océano Atlántico. La atraviesa la cordillera de los Andes. Su gran río es “el padre Orinoco”, tremendo y legendario.
Venezuela tiene dos estaciones climáticas. El invierno es época de lluvias e inundaciones en las zonas bajas, va de junio a diciembre. El verano es tiempo de sequías, va de enero a mayo. Apenas varía la duración del día-noche, ni el frío- calor. En las zonas altas oscila entre 17-25 grados; en las bajas, entre 25-35 grados, sea invierno o verano.
Como es zona telúrica la construcción es antisísmica. Las presentes generaciones no han conocido terremotos destructivos. No hay huracanes, ni volcanes activos, ni monzones. Con razón Cristóbal Colón al descubrirla en su tercer viaje, en 1498, la llamó “tierra de gracia”. El español Alonso Ojeda conoció los palafitos sobre el Lago de Maracaibo. Por asociación de parecidos con la ciudad italiana, le dio el nombre de “Venezuela” o pequeña Venecia.
La población de Venezuela es fruto del mestizaje. Se mezclaron los indios -indígenas con los españoles llegados durante tres siglos de colonización y con las personas traídas de África porque eran más resistentes para el trabajo. El hallazgo del petróleo en el primer tercio del siglo XX atrajo a infinidad de inmigrantes de Europa y de los países vecinos. Queda poca población indígena: no llega a medio millón. Se ubica en las zonas de frontera. En Venezuela se habla el castellano y se vive el cristianismo. En las últimas décadas se multiplican las confesiones o sectas de signo evangélico.
2.-Los Dominicos
Los Dominicos iniciaron la evangelización de Venezuela recién descubierta. Llegaron con los conquistadores, pero con una misión diferente. Quisieron hacer aquí evangelización ideal: apostólica, libre, sin apoyo del soldado. La cruz sin la espada. Hicieron el intento en las costas orientales del país, en Cumaná. Por diverso incidentes y traiciones el proyecto fracasó y los Frailes fueron asesinados. Son los protomártires cristianos del país.
Durante la época colonial la influencia de la Orden Dominicana en Venezuela fue notable. Se pusieron a favor de los indios, en su defensa frente al encomendero y al abusador. La enseñanza de los teólogos Dominicos de Salamanca sobre los iniciales Derechos Humanos era practicada aquí. Misionaron sobre todo en Coro, en Mérida y en los llanos de Barinas y el Apure. Es larga la lista de Obispos Dominicos que trabajaron aquí. Eran españoles casi todos.
Las luchas de independencia de la Corona Española cortaron la presencia de la Orden en el siglo XIX. Terminando ese siglo vinieron algunos Padres de la Provincia del Rosario: se temía que con la independencia de Filipinas no se pudiera continuar allí. Se buscó en Venezuela una posible misión alterna. Como los temores se esfumaron, vinieron Religiosos de la Bética que aún siguen aquí. Los Frailes del Rosario volvieron a Filipinas.
3.- Nuestro Tiempo
La revolución comunista en china y Vietnam, hacia mitad del siglo XX, desplazó a los misioneros españoles de la Provincia del Rosario. Muchos vinieron a Venezuela. Después llegaron generaciones de jóvenes y la misión se consolidó. Se estableció hacia el occidente del país, pues la Bética se instaló hacia el oriente.
La misión más difícil, más dura y meritoria fue la de los llanos del Apure. Los Religiosos se establecieron también en las regiones andinas del Táchira y Trujillo. Después, a medida que aumentó el personal, se abrieron trabajos en Barinas, en Maracaibo, en Caracas y en Barquisimeto. Las capitales de estos Estados y muchos de sus pueblos se han beneficiado del trabajo ímprobo de los Dominicos. Ha sido medio siglo de tarea ingente.
La iglesia venezolana estaba diezmada. Las luchas independentistas fueron sectarias: cerraron los Seminarios, expulsaron a las Órdenes Religiosas extranjeras, exilaron a los Obispos. La Iglesia se empobreció. Los Dominicos del Rosario hicieron en estos años muchas tareas de suplencia: se parroquizaron, abrieron misiones de un solo Fraile, no fue posible la vida común. Esto tuvo su precio, pero se entendió en aquel momento que eran exigencias de “los signos de los tiempos”. Quizá el precio más alto se pagó en abandonos de la vida religiosa y del sacerdocio. De 154 Frailes que ha laborado aquí en los 50 años, se fueron de la Orden 25 Religiosos.
Durante este tiempo se han atendido a 47 Parroquias. Se han construido 83 templos, unos grandes y otros Capillas menores. Se han atendido estos seis colegios:
Francisco de Vitoria, en Trujillo (hoy cerrado)
San Juan de Letrán, en San Fernando (hoy cerrado)
María Inmaculada, en Rubio (funcionando)
Cristo Rey, en San Cristóbal (funcionando)
Arzobispo Méndez, en Barinas (funcionando)
San Martín, en Caracas, (funcionando)
Es justo que la historia recuerde los nombres de los pueblos mayores en que han trabajado los Dominicos del Rosario. Muchos se han entregado ya a su respectiva diócesis por falte de Religiosos.
- Estado de Táchira: San Cristóbal, Rubio, La Florida, San Simón, Hernández.
- Estado de Trujillo: Trujillo capital, La Mesa de Esnujaque, Boconó, Cuicas.
- Estado de Mérida: Mérida capital
- Estado de Zulia: En la Diócesis de Maracaibo: Maracaibo capital, la Ensenada, Bobures, Caja Seca, El Batey. En la Diócesis de Cabimas: Los Puertos de Altagracia, Sabaneta, Palmarejo, Santa Rita. En una y otra diócesis se atendieron muchos Caseríos y aledañas.
- Caracas: presencia múltiple en el Colegio San Martín y en parroquias centrales y marginales.
- Estado Lara: Barquisimeto capital
- Estado Apure: fue la misión del desafío, por la dureza del clima, por la incomunicación, por el abandono religioso del pueblo. Recordemos San Fernando, El Amparo, Guasdalito, Elorza, Palmarito, Bruzual, antecal, Apurito, El Samán, Achaguas, San Juan de Payara, San Rafael de Atamaica, Cunaviche, Puerto Páez, con infinidad de Caseríos y Hatos regados por el inmenso Estado Apure, del que escribió nuestro gran novelista Rómulo Gallegos:
El Apure, “tierra abierta y tendida, buena para el esfuerzo y para la hazaña, toda horizontes, como la esperanza; toda caminos como la voluntad”. “Tierra irredenta, donde una raza buena ama, sufre y espera.”
---Doña Bárbara
Casa erigida en 1969
Los frailes de nuestra provincia llegaron a San Cristóbal el año 1951. Veinticinco años antes habían llegado los dominicos colombianos que tenían su residencia, una capilla y un colegio. La construcción inicial se destinó al servicio del Colegio Cristo Rey que actualmente imparte educación preescolar, básica y bachillerato, con una matrícula de 460 alumnos, considerado uno de los mejores de la ciudad por su excelencia académica. A día de hoy tenemos el convento que se terminó en 1968, el colegio y la iglesia dedicada a Santo Domingo de Guzmán, mejor conocida como Iglesia El Ángel, que comenzó a ser parroquia en 1966.
La iglesia se construyó entre 1955 y 1956. Vista desde fuera, alcanza los 70 metros de largo. Posee una sola nave sin columnas en el centro. El templo tiene capacidad para unas mil personas sentadas. Detrás del presbiterio, en una pared cóncava existe un gran mural obra del artista Juan Ferrer. Las columnas que soportan el techo están a los lados y no se aprecian desde afuera. Un cielorraso de tres niveles, en concreto y yeso, contiene emblemas de la Orden: escudo dominicano circundado por un rosario junto con la palabra Veritas. La torre es uno de los elementos que más destacan del templo. Mide 60 metros de altura. Al frente un enorme ángel en oración representa la quilla de un templo construido en forma de barco: La Iglesia de Cristo es barca de salvación.
Desde su llegada a San Cristóbal, los frailes han dado preeminencia a la evangelización a través de la predicación y la catequesis, conjugando el apostolado pastoral con la labor docente y la presencia en los medios de comunicación.